7 restaurantes cool de Barcelona para Navidad

Sus cócteles, de autor y clásicos son de altura, con una carta elevada y sorprendente. Y platos como el pez espada a la brasa o el chuletón de rubia gallega madurado. Un espacio artístico y gamberro, teatral y auténtico. Un espacio de inspiración nórdica, con una exquisita decoración ideada por Tomás Tarruella y el Grupo Tragaluz y hecha realidad por estudio de Interiorismo de Isern Serra.

Ajoblanco. Gastronomía, cócteles y diversión

Una marisquería pero con una vuelta. Desde una ensalada de aguacate, espinacas, hinojo y parmesano a almejas con tomate, arroz de butifarra de Calat y setas o ceviche rojo de corvina con leche de tigre. ¿Hay algo mejor que comer junto al mar cuando se está en Barcelona?

  • Una primera zona hace las veces de lounge y ofrece una panorámica del local, que se puede contemplar sentado cómodamente en un banco de obra en la pared, realizado en micromortero.
  • La inspiración nórdica, el azul del mar y del cielo y una medida sencillez sin pretensiones hacen de Fiskebar uno de los lugares más elegantes de Barcelona.
  • Ambos cuentan con una selección de platos frescos de temporada con énfasis en el marisco, cocina saludable contemporánea creada por el chef Nacho Lozano.
  • Y aquí hacen lo que mejor saben hacer; tapas de tierra (bravas, pimientos de Padrón, croquetas) y mar (boquerones, cazón en adobo, chipirones), pescados, carnes y arroces (caldoso de bogavante, meloso de cangrejo, negro, del señorito).
  • Ahora bien, como sucede en La Pubilla y Extra Bar, el producto no va desnudo, sino equipado con bases de cocina catalana con un giro moderno.

En la Avenida Diagonal, Bosco de Lobos ofrece un escape del bullicio urbano, y un restaurante donde la sensación de comer rodeado de árboles es posible. Porque hay bares que se visitan, y otros —como este— a los que siempre se vuelve. Tapas Lobito es el nuevo bar de moda en el Born, donde uno puede empezar con un zurito de gazpacho y acabar riendo alrededor de una mesa compartida. Un bar sin prisa, vinos naturales, cervezas, sangría y cócteles que prolongan las sobremesas mientras la música sube de ritmo.

Barraca

Desde el Hotel Ars, os comeréis el Mediterráneo tal y como lo entiende Paco Pérez, y alucinaréis de todos los matices creativos de los que es capaz este gran chef. El mar en los fogones de un dos estrellas Michelin es, dicho simple y llanamente, emoción pura en cada mordisco. Nacido en 1957 y padre del Nou Ramonet, La Fresca y La Vinoteca, Can Ramonet sigue siendo la taberna insignia del grupo.

Fiskebar: un viaje del Mediterráneo al norte desde el puerto de Barcelona

Es la casa de los buenos arroces de toda la vida pero con aire modernizado. De esto sabe un montón Joan Bagur, un chef menorquín que, de la alta cocina de Barcelona, ​​fue a México a estudiar su tradición. Cada día llevan al restaurante chiles, jalapeños, nopales y más productos cultivados por ellos mismos cerca de Barcelona.

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Cada local es un escenario propio, donde la gastronomía se convierte en protagonista y el diseño y la atmósfera crean el telón de fondo perfecto para cada encuentro. Cuatro espacios, cuatro formas de vivir Barcelona desde la mesa. Entrantes muy correctos como fish restaurante barcelona el dukker de berenjena y nueces y platos fríos, como el tiradito de atún con tomate verde y jalapeños o el pez limón en crudo con aceite que sirven con alga nori para que el comensal prepare sus rollitos. Igual de vinculado a la Barcelona preolímpica estuvo el Mordisco, primera piedra del grupo Tragaluz, impulsado por Rosa Esteva y su hijo Tomás Tarruella. “Allí aprendía cositas que tímidamente introducía en la carta”.

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El ex financiero Jaume Muedra, hijo del mítico bar La Bombeta, tiene un bar-restaurante de primera categoría. La Malandrina, familiar y económico, es un pequeño milagro de la Barceloneta, un barrio cada vez más caro y en manos de grandes grupos restauradores. En su carta encontraréis platos para picar (empanadas, ensaladas, provolone), bocadillos (choripan, milanesa, hamburguesa) y principales de carne (entrecot, bife, vacío, asado de tira, chorizo ​​criollo, etc.). Casi una veintena de tapas de base nacional con toques internacionales (gambas rojas flameadas al sake, croqueta de kimchi con mayonesa cítrica), una decena de arroces, algo de pescado y carne. Aquí la cosa va de cocina marinera excepcional y creativa, enfocada a la calidad y frescura de sus ingredientes. Destacan los mejillones con mantequilla blanca, la cerviola con aceite de oliva virgen y la barra fría de niguiris, así como el queso de Molí de Ger a la brasa.

La Torre d’Alta Mar es cocina mediterránea y marinera con toques modernos en un ambiente distinguido. Entre semana, bajad a la Barceloneta para disfrutar de un menú de mediodía, a 16 euros, impecable; te traen una paella para uno con sepia, calamares y tirabeques, que por sabor y generosidad te recuerda el arroz de la madre. Si el ‘nikkei’ en sí mismo es ya un estilo de fusión, ella innova dentro de este marco con una cocina de autor que pone el pie en dos o más gastronomías por plato con naturalidad y acierto. Cabe decir que nos rendimos al estilo y creatividad de la chef Alejandra Ormeño, que ha logrado un equilibrio fenomenal entre la voluptuosidad de Perú y la precisión de la cocina japonesa. De la barra de crudos, salen ostras ahumadas, carpaccios de gamba roja y láminas de pulpo con aguacate. Rodaballo, rape negro, secreto ibérico, o wagyu de Burgos (que buena la cecina que también preparan con él, por cierto) conforman las propuestas de esta parte de la carta).

Pionero de la fusión culinaria en Barcelona, ​​el chef Robert Gelonch practica una cocina elegante y creativa bajo el lema "menos es más". Y si os saben a poco, echad un vistazo a los mejores restaurantes gallegos de la ciudad. Los comensales pueden elegir estar en el interior del restaurante o en la coctelería FIS K BAR, o en el exterior, en una de las terrazas más espectaculares de Barcelona. La experiencia de cenar en Fiskebar es como cenar en un amarre flotante en el Port Vell, en un barco inmóvil rodeado de agua. La carta combina influencias nórdicas y mediterráneas y ambas opciones de menú incluyen una selección de tapas como croquetas y platos de verduras, así como una copa o una jarra de vino. La inspiración nórdica, el azul del mar y del cielo y una medida sencillez sin pretensiones hacen de Fiskebar uno de los lugares más elegantes de Barcelona.

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